Nunca el lema "fumar puede matar" fue tan cierto. Un matrimonio malayo fue apaleado hasta la muerte por sus familiares, incluidos sus hijos, en un raro intento por alejarlos del tabaco y sus funestas consecuencias. El ritual sangriento se produjo durante la festividad musulmana de Eid al-Fitr y se llevó a cabo después de que un miembro de la familia recomendara a primos y hermanos dar una paliza al matrimonio para purgar sus penas y así quitarles del feo vicio del pitillo.
Pero algo se les debió ir de las manos. Posiblemente sustituir unos cuantos azotes por golpes con palos y cascos de moto. Una hija adolescente de la pareja, que también fumaba, resultó herida grave y se encuentra en el hospital. Los dos primos que ejecutaron la mayoría de los golpes fueron detenidos y, aunque no fuman, serán condenados a muerte por la justicia Malaya.
Según informes de los medios de comunicación locales la intención de los familiares no era matar al matrimonio, que encima se había ofrecido voluntario a participar en el ritual. Pero lo que en un principio era una ronda de golpes inofensivos se convirtió en un frenético apaleamiento con todo lo que la familia encontró a mano.
Algunos de los miembros de este peculiar clan se cree que pertenecen a un secta prohibida que predica un tipo de islam bastante desviado de las corrientes tradicionales, donde la lapidación suele ser una práctica bastante común para quitar los dolores de cabeza.
Fuente
Pero algo se les debió ir de las manos. Posiblemente sustituir unos cuantos azotes por golpes con palos y cascos de moto. Una hija adolescente de la pareja, que también fumaba, resultó herida grave y se encuentra en el hospital. Los dos primos que ejecutaron la mayoría de los golpes fueron detenidos y, aunque no fuman, serán condenados a muerte por la justicia Malaya.
Según informes de los medios de comunicación locales la intención de los familiares no era matar al matrimonio, que encima se había ofrecido voluntario a participar en el ritual. Pero lo que en un principio era una ronda de golpes inofensivos se convirtió en un frenético apaleamiento con todo lo que la familia encontró a mano.
Algunos de los miembros de este peculiar clan se cree que pertenecen a un secta prohibida que predica un tipo de islam bastante desviado de las corrientes tradicionales, donde la lapidación suele ser una práctica bastante común para quitar los dolores de cabeza.
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