miércoles, 3 de diciembre de 2008

Habrian descubierto cura al envejecimiento

Un grupo de científicos publican un estudio donde demuestra por primera vez en la historia que existe un mecanismo universal que nos hace envejecer a todos los seres vivos del mismo modo. Desde un organismo unicelular hasta el mas grande los animales, pasando por el ser humano. Esto abre las puertas a la creación de fármacos que permitan revertir la vejez, según dicen los investigadores.

Pasito a pasito vamos llegando a comprender cada vez mejor el proceso fatal que nos lleva inexorablemente hasta la muerte, fin de todo ser vivo y que desde tiempo inmemorial aterra al ser humano. Ahora un grupo de científicos publican un estudio en la prestigiosa revista Cell donde ponen de manifiesto la existencia de un mecanismo común de envejecimiento que afecta por igual tanto a organismos unicelulares como al más complejo de los mamíferos. Es la primera vez que se observa un mecanismo que tiene mil millones de años y que relaciona a todos los seres vivos en cuanto al envejecimiento se refiere. La investigación demuestra que existe un proceso donde los daños en el ADN (principal componente del material genético) afectan, con el paso del tiempo, a la capacidad de las células para regular apropiadamente la activación o desactivación de la expresión genética, en situaciones particulares. Este proceso se ha visto que se produce tanto en un hongo como en un mamífero y ese es el hecho diferenciador que hace tan importante este descubrimiento, pues permite deducir que el proceso es común para todos los seres vivos, tal y como afirma el profesor de patología de la Harvard Medical School, David Sinclair.

La vejez puede tener su ocaso gracias a la medicina
La proteína sirtuin es clave en el proceso de envejecimiento
Se sabe desde hace tiempo que existen un tipo de proteínas llamadas sirtuin que están claramente relacionadas con el proceso del envejecimiento y que si son estimuladas con el resveratrol, (una sustancia que se encuentra en la uva y derivados como el vino) produce efectos positivos en la salud y en el envejecimiento (anda mira, según esto, los borrachines que les gusta el vino están de suerte) Lo mismo sucede si se aplica una restricción calórica en la dieta, pues está demostrado que comer poco alarga la vida y la salud (bribones, al hoyo).

Hace aproximadamente diez años, Sinclair y otros colegas del Departamento de Biología del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), descubrieron que una proteína sirtuin particular (la Sir2) de la levadura condicionaba el proceso de envejecimiento de ésta en dos sentidos: por un lado ayudaba a regular la actividad genética en las células, y por otro también ayudaba a reparar roturas en el ADN. Pero los científicos también descubrieron que, a medida que pasaba el tiempo y se iban acumulando daños en el ADN, la proteína sirtuin era cada vez menos capaz de regular adecuadamente la actividad genética. Como resultado, aparecían las características propias del envejecimiento en el hongo estudiado. Hasta ahora, se creía que este fenómeno era exclusivo de la levadura o de los hongos, pero no se había comprobado si se daba también en organismos de más de una célula.


Hongos y animales comparten el mismo proceso de envejecimiento
Lo que tocaba era probar a ver si este mismo proceso se daba también en ratones (no se libran nunca de un jodido experimento) y gracias a la tecnología de los chips de ADN y mediante una sofisticada plataforma de microarray descubrieron que el proceso de la proteína sirtuin coincidía con el de los hongos estudiados. En primer lugar, éstos descubrieron que la proteína sirtuin, en el sistema de los mamíferos, "supervisaba" los patrones de expresión genética.

En cualquier organismo, todos los genes están presentes en todas las células, pero todos ellos están "controlados" para que su expresión o silenciación sea la apropiada. De hecho, si se activan los genes inadecuados, las células pueden resultar dañadas. Como medida protectora, las proteínas sirtuins señalan, por tanto, qué genes han de permanecer desactivados. Al hacerlo, ayudan a preservar la cromatina (sustancia que se encuentra en la célula y a partir de la que se producen los cromosomas en la división celular), que es la encargada de envolver los genes que han de permanecer desactivados para que éstos no se "despierten". En segundo lugar, estas proteínas tienen otra importante función: cuando el ADN resulta dañado por la luz ultravioleta o los radicales libres, las sirtuins abandonan sus funciones de guardianes y ayudan al ADN a reparar el lugar del daño. Durante este intervalo de tiempo, el envoltorio de la cromatina puede comenzar a desenredarse, y los genes hasta ahora silenciados comienzan a "despertar". En la mayoría de los casos, las sirtuins vuelven a su función inicial antes de que se produzcan daños permanentes. Sin embargo, a medida que el ratón envejece, los niveles de daños en el ADN aumentan, y las sirtuins se deben alejar con más frecuencia de sus “puestos de vigilancia”. Resultado: la desrregulación de la expresión genética se hace crónica.


La vejez puede tener su ocaso gracias a la medicina
¿Qué pasaría si volvemos a poner la sirtuin en “su sitio”? La hipótesis era que con más sirtuins, la reparación del ADN se volvería más eficiente, y el ratón mantendría la expresión genética del patrón de la juventud, incluso en la vejez. Y mire usted por donde, eso fue lo que sucedió. Utilizando el resveratrol se extendió la esperanza de vida de los ratones en entre un 24 y un 46%. Los científicos señalan que este gran descubrimiento abre una vía para la creación de medicamentos que puedan estabilizar la redistribución de sirtuins a medida que pasa el tiempo. En definitiva, el deterioro del ADN no sería en sí mismo la causa del envejecimiento, aclaran los investigadores, sino que pondría en marcha un proceso que provoca la ausencia de regulación de la expresión genética. Según los científicos, sería posible invertir el proceso del envejecimiento, una vez que se ha detectado su mecanismo universal. Visto lo cual, nos hallamos ante la primera piedra del edificio de la inmortalidad. Vayamos a leches que nos pille la crisis del ladrillo y nos quedemos a mitad de camino. Ya verás tú si por culpa de la voracidad de los promotores perdemos nuestra ración de eternidad.

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