domingo, 7 de diciembre de 2008

Haran placa en honor a Jim Morrison

El cantante de The Doors Jim Morrison habría cumplido mañana 65 años, y para recordar su genio y excentricidad, sus seguidores colocarán una placa conmemorativa en un bar del que fue expulsado por orinar en la barra.

Apodado El Rey Lagarto por su hipnótica personalidad artística, Morrison, que falleció por sobredosis en 1971, ha seguido al pie de la letra la máxima del rock de morir joven, lo que convirtió su ecléctica figura en un mito que aún perdura.

Su tumba, situada en el cementerio Pere Lachaise de París, la ciudad donde falleció, se ha convertido un centro de peregrinación donde acuden sus fieles de todas las edades para ver el lugar donde descansan sus restos.

Su espíritu indomable sigue vivo en Los Ángeles (EEUU), donde se forjó la banda que le daría a conocer, The Doors.

Uno de los locales donde el grupo solía juntarse para dar conciertos y entretenerse por la noche después de las grabaciones es el Barneys Beanery de West Hollywood, un bar de carretera de la ruta 66 donde solía acudir el cantante y de donde fue echado un día en la década de los sesenta por orinar en la barra.
Su familia se negó a repatriar su cuerpo a EEUU por vergüenza

Los propietarios del establecimiento han decidido rendir un particular homenaje al recuerdo de Jim Morrison con la colocación mañana de una placa en el mismo sitio en el que el artista se alivió sin pudor.

Tras el acto, retransmitido en directo por algunas emisoras de radio, dos antiguos miembros de The Doors firmarán discos: el teclista Ray Manzarek y el guitarrista Robby Krieger, quienes hablarán de su experiencia en el grupo.

La carrera de The Doors fue corta, poco más de cinco años, pero fulminante e intensa. En 1966 Jim Douglas Morrison, un poeta rebelde y amante del cine, conoció a Manzarek, un pianista apasionado por el Rhythm and Blues en la Universidad de California-Los Ángeles (UCLA). Más tarde se unieron John Desmore como batería y la guitarra de Krieger.

Sus primeros pasos en fueron en 1967 interpretando blues en un establecimiento de Sunset Bulevar. Ese mismo año sacarían uno de sus grandes éxitos, el tema Light my fire.

Tras perder su timidez inicial, Morrison comenzó a escandalizar y a provocar al público desde el escenario: una exhibición irreverente que mezclaba con drogas y alcohol y que terminó conduciéndole a su autodestrucción.

Su trágico final llegó la madrugada del 2 al 3 de julio de 1971, cuando tenía 27 años. El cadáver del cantante fue hallado por su novia Pamela Courson, quien también moriría por sobredosis tiempo después en la bañera del apartamento que habían alquilado en la capital francesa.

La truculenta vida de "sexo, drogas y rock and roll" que había llevado Morrison desagradó tanto a su familia que se negaron a repatriar su cuerpo a EEUU por vergüenza, por lo que finalmente fue enterrado en París.
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